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Demasiado tarde

Te encontré en la otra punta del mundo
en una tierra inhóspita, vacía, donde el mar
se acerca poderoso con sus gélidas y azules
aguas arrastrando la espuma hasta la orilla.
Te encontré cuando ya me había acostumbrado
a la tristeza, cuando cada noche mis pies descalzos
recorrían los acantilados tan cerca del cielo
que casi podía tocar las estrellas.
Te encontré cuando, iluminadas por la luna,
las ballenas nadaban muy cerca esperando
a que fuese con ellas a la oscuridad del agua.
Te encontré cuando mi nombre ya se había
borrado de la arena.

     Ana Fondevilla


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Él me encontró una vez